EtimologíaLa palabra dinamita viene de la palabra griega δυναμις (dunamis, «potencia», «movimiento») y el sufijo, también griego, -ιτης (-itēs), que indica «inflamación», «irritación». Alfred Nobel lo llamó su «Polvo de Seguridad para Explotar».
HistoriaFue inventada por Alfred Nobel en 1866 y patentada en 1867, lo que unido a la explotación de los campos petroleros de Bakú (Azerbaiyán) le hizo ganar su gran fortuna, base del Premio Nobel.
ProducciónLa dinamita se solía fabricar mezclando nitroglicerina y tierra de diatomeas con un alto contenido de dióxido de silicio. Esta última actuaba como una especie de esponja, absorbiendo y estabilizando la nitroglicerina, haciendo su uso como explosivo más seguro y práctico. Se solía vender en forma de tubos de cartón llenos con el compuesto, que medían entre 15 cm y 20 cm de largo por 2,54 cm de diámetro.
Usos y propiedadesPor su alta estabilidad, la dinamita reemplazó rápidamente a la nitroglicerina en aplicaciones como las demoliciones y la minería, y como relleno explosivo en los proyectiles de artillería y cargas de demolición militares. La dinamita es además químicamente más inerte que la nitroglicerina pura, lo que hace posible su almacenamiento seguro, aunque sólo a medio plazo, ya que con el paso del tiempo y con una temperatura de más de 30°C la nitroglicerina se escurre del dióxido de silicio y la dinamita "suda" nitroglicerina, que se concentra en gotas muy sensibles al movimento, al calor y a la descomposición química en productos químicos más inestables. La dinamita es tan estable, que generalmente los cartuchos de dinamita nuevos y en buenas condiciones no explotan aunque se expongan al fuego, siendo necesario utilizar un detonador para hacerlas estallar.Debido a la constante mejora en los explosivos y técnicas de demolición, así como los problemas que plantea su almacenamiento y la producción de nitroglicerina para su elaboración, la dinamita ha sido reemplazada comercialmente por otros explosivos como el trinitrotolueno (TNT).
Alfred NobelAlfred Bernhard Nobel
(Estocolmo, 21 de octubre de 1833 – San Remo, 10 de diciembre de 1896) fue un inventor y químico sueco, famoso principalmente por la invención de la dinamita y por los premios que llevan su nombre.
Biografía de Alfred NobelAlfred Nobel nació en una familia de ingenieros; a los nueve años de edad su familia se trasladó a Rusia, donde él y sus hermanos recibieron una esmerada educación en ciencias naturales y humanidades. Pasó gran parte de su juventud en San Petersburgo, donde su padre instaló una fábrica de armamento que quebró en 1859.Regresó a Suecia en 1863, completando allí las investigaciones que había iniciado en el campo de los explosivos: en 1863 consiguió controlar mediante un detonador las explosiones de la nitroglicerina (inventada en 1846 por el italiano Ascanio Sobrero); en 1865 perfeccionó el sistema con un detonador de mercurio; y en 1867 consiguió la dinamita, un explosivo plástico resultante de absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso (tierra de infusorios o kieselguhr), con lo que se reducían los riesgos de accidente (las explosiones accidentales de la nitroglicerina, en una de las cuales había muerto su propio hermano Emilio Nobel y otras cuatro personas, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas).Aún produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita (1875) o la balistita (1887). Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, luego también en Nueva York y San Francisco). Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar (para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balistita o pólvora sin humo); con ellos puso los cimientos de una fortuna, que acrecentó con la inversión en pozos de petróleo en el Cáucaso.Por todo ello, Nobel acumuló una enorme riqueza, pero también cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la Humanidad en los campos de batalla. La combinación de ambas razones le llevó a legar la mayor parte de su fortuna a una sociedad filantrópica –La Fundación Nobel–, creada en 1900 con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la física, química, medicina o fisiología, literatura y la paz mundial, y a partir del año 1969 también en la economía (que entrega el Banco Central de Suecia).De sus más de 350 patentes, su invento más famoso es la dinamita, que resolvía el problema de la gran inestabilidad de la nitroglicerina y que, a partir de ese momento, evitó las muertes que se producían durante la manipulación de la misma, al hacer ésta más manejable al mezclarla con tierra de infusorios. Posiblemente, el gran incentivo para este invento fue la muerte de su hermano pequeño en el laboratorio donde artesanalmente fabricaban la nitroglicerina.En su testamento firmado el 27 de noviembre de 1895 en el Club Sueco-Noruego de París, Nobel instaura con su fortuna un fondo con el que se premiaría a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y la Paz. Un ataque cardíaco le causó la muerte cuando estaba en su hogar en San Remo, Italia, el día 10 de diciembre de 1896 a la edad de 63 años.Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los premios Nobel. En su honor llamaron a un asteroide (6032) Nobel. NémesisPoco conocido es que a su muerte se descubrió que también era autor de una obra titulada Némesis, en la que pueden leerse frases como que quienes conocen a los curas de Roma 'saben que ningún vicio les es ajeno y ninguna inocencia sagrada', o que la justicia de Dios 'es la más ridícula de todas las fábulas'. Páginas y más páginas del mismo cariz se suceden en esta obra, situada en la Roma del siglo XVI sobre fondo de violación, incesto y de desprecio por 'las verdades cristianas', e inspirada en un suceso también tratado por Dumas, Shelley o Stendhal. En ella, el brutal Francisco Cenci es el jefe tiránico de una poderosa familia. Su hija le hará asesinar para vengarse de haberla violado. Detenida y condenada, será ajusticiada en 1599.Para la idea que el público tenía de alguien tan conocido y que nunca renegó de su educación luterana, el descubrimiento de la obra, de un anticlericalismo sorprendente, habría supuesto una verdadera sorpresa. De modo que, a su muerte, un pastor sueco de paso por París la hizo desaparecer. Un solo volumen se salvó, que hoy está custodiado en los Archivos Nacionales de Suecia. Traducida al francés en 2008 (Les Belles Lettres), nada sin embargo se sabe de los motivos que llevaron a Alfred Nobel a tales conclusiones sobre la religión.
Biografía de Alfred NobelAlfred Nobel nació en una familia de ingenieros; a los nueve años de edad su familia se trasladó a Rusia, donde él y sus hermanos recibieron una esmerada educación en ciencias naturales y humanidades. Pasó gran parte de su juventud en San Petersburgo, donde su padre instaló una fábrica de armamento que quebró en 1859.Regresó a Suecia en 1863, completando allí las investigaciones que había iniciado en el campo de los explosivos: en 1863 consiguió controlar mediante un detonador las explosiones de la nitroglicerina (inventada en 1846 por el italiano Ascanio Sobrero); en 1865 perfeccionó el sistema con un detonador de mercurio; y en 1867 consiguió la dinamita, un explosivo plástico resultante de absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso (tierra de infusorios o kieselguhr), con lo que se reducían los riesgos de accidente (las explosiones accidentales de la nitroglicerina, en una de las cuales había muerto su propio hermano Emilio Nobel y otras cuatro personas, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas).Aún produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita (1875) o la balistita (1887). Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, luego también en Nueva York y San Francisco). Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar (para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balistita o pólvora sin humo); con ellos puso los cimientos de una fortuna, que acrecentó con la inversión en pozos de petróleo en el Cáucaso.Por todo ello, Nobel acumuló una enorme riqueza, pero también cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la Humanidad en los campos de batalla. La combinación de ambas razones le llevó a legar la mayor parte de su fortuna a una sociedad filantrópica –La Fundación Nobel–, creada en 1900 con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la física, química, medicina o fisiología, literatura y la paz mundial, y a partir del año 1969 también en la economía (que entrega el Banco Central de Suecia).De sus más de 350 patentes, su invento más famoso es la dinamita, que resolvía el problema de la gran inestabilidad de la nitroglicerina y que, a partir de ese momento, evitó las muertes que se producían durante la manipulación de la misma, al hacer ésta más manejable al mezclarla con tierra de infusorios. Posiblemente, el gran incentivo para este invento fue la muerte de su hermano pequeño en el laboratorio donde artesanalmente fabricaban la nitroglicerina.En su testamento firmado el 27 de noviembre de 1895 en el Club Sueco-Noruego de París, Nobel instaura con su fortuna un fondo con el que se premiaría a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y la Paz. Un ataque cardíaco le causó la muerte cuando estaba en su hogar en San Remo, Italia, el día 10 de diciembre de 1896 a la edad de 63 años.Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los premios Nobel. En su honor llamaron a un asteroide (6032) Nobel. NémesisPoco conocido es que a su muerte se descubrió que también era autor de una obra titulada Némesis, en la que pueden leerse frases como que quienes conocen a los curas de Roma 'saben que ningún vicio les es ajeno y ninguna inocencia sagrada', o que la justicia de Dios 'es la más ridícula de todas las fábulas'. Páginas y más páginas del mismo cariz se suceden en esta obra, situada en la Roma del siglo XVI sobre fondo de violación, incesto y de desprecio por 'las verdades cristianas', e inspirada en un suceso también tratado por Dumas, Shelley o Stendhal. En ella, el brutal Francisco Cenci es el jefe tiránico de una poderosa familia. Su hija le hará asesinar para vengarse de haberla violado. Detenida y condenada, será ajusticiada en 1599.Para la idea que el público tenía de alguien tan conocido y que nunca renegó de su educación luterana, el descubrimiento de la obra, de un anticlericalismo sorprendente, habría supuesto una verdadera sorpresa. De modo que, a su muerte, un pastor sueco de paso por París la hizo desaparecer. Un solo volumen se salvó, que hoy está custodiado en los Archivos Nacionales de Suecia. Traducida al francés en 2008 (Les Belles Lettres), nada sin embargo se sabe de los motivos que llevaron a Alfred Nobel a tales conclusiones sobre la religión.
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